jueves, 12 de junio de 2008

Preparados, listos, ya!

Llevo despierto en la cama desde las seis de la mañana, dando vueltas, dejando el tiempo correr. Hoy tengo que ir a Valencia. He perdido los nervios y dos trenes, hasta que mi padre me ha llamado y he tenido que concretar con él una hora de recogida en la estación. Hacía una semana que no hablaba con él y no coger el teléfono hubiera supuesto admitir mi derrota. La maleta está hecha desde ayer.

Cuando era pequeño, y ahora todavía en la piscina de mis padres, podía pasarme horas dando vueltas en círculo antes de bañarme. Sudaba y perdía los nervios, hasta que se hacía la hora de comer y no había más remedio que lanzarse. Después, era feliz.

A veces viajar es huir hacia adelante. Otras veces, es volver hacia atrás. No me gusta ni lo uno ni lo otro. Cuando huyes no resuelves nada. Cuando vuelves, te enfrentas a ti mismo, y nunca sabes cómo regresarás. Lo primero es prescindible, lo segundo, inevitable. En dos semanas empieza el verano. Esta vez, viajar es inevitable y, además, imprescindible.

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